sábado, 6 de octubre de 2012


Las 3 Leyes de la Robótica.

 
1.      Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.
2.      Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.
3.      Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.

      No se me ocurre mejor manera de comenzar este blog, que hacerlo mencionando las leyes de la Robótica definidas literariamente, por el maestro de la ciencia ficción, Isaac Asimov. Estas tres leyes aparecieron de forma oficial en el relato "Runaround" (1942).

 

Estas leyes aparecen como medida de seguridad para los seres humanos, respecto de las maquinas, que por obvias razones, eran más fuertes, más resistentes, y poderosas que cualquier persona. Según el propio Asimov, la concepción de las leyes de la robótica quería contrarrestar un supuesto “complejo de Frankenstein”, es decir, un temor subterráneo que el ser humano desarrollaría frente a unas máquinas que hipotéticamente pudieran rebelarse y alzarse contra sus creadores. De intentar siquiera desobedecer una de las leyes, el cerebro positrónico del robot (basado en las propiedades del positrón, equivalente al electrón en el modelo sub-atómico, pero con carga eléctrica opuesta) resultaría dañado irreversiblemente y el robot "moriría", o dicho con mas propiedad, quedaría desactivado de forma permanente. En primera instancia, no presenta ningún problema dotar a los robots con tales leyes, a fin de cuentas, son máquinas creadas por el hombre para su servicio, y solo es cuestión de programación de ciertas rutinas maquinas en el software del dispositivo.

Dicho en terminios humanos, las tres leyes de la robótica representan el código moral del robot. Un robot va a actuar siempre bajo la jeraquía definida por sus tres leyes básicas, por encima de cualquier otra rutina programada u orden recibida. Para todos los efectos, un robot se comportará como un ser moralmente correcto. Sin embargo, bajo este contexto, resulta inevitable preguntar: ¿Es posible que un robot viole alguna de estas tres leyes? ¿Es posible que un robot “dañe” a un ser humano? Casi todas las historias de robots publicadas por Asimov, se basan en esta encrucijada, y las respuestaa que se desarrollan a lo largo de estos relatos, son manejadas de forma magistral por el autor.

Así Asimov crea un universo en el que los robots son parte fundamental a lo largo de diez mil años de historia humana, y en un ejercicio literario logra ligar sus historias de robots, con otra gran saga que nos regañó en la era dorada de la Ciencia Ficción, la saga de la Fundación, y la Psicohistoria desarrollada por Hari Sheldon, una ciencia que le permite al ser humano, mediante cálculos matemáticos, "predecir" el futuro de la humanidad. Una saga total inolvidable.

Historia de las tres leyes de la robótica y el mundo asimoviano

Los primeros robots construidos en la Tierra eran modelos poco avanzados. Era una época en donde la robopsicología no estaba bien desarrollada. Estos robots podían ser enfrentados a situaciones en las cuales se vieran en un conflicto con sus leyes. Una de las situaciones más sencillas se da cuando un robot debe dañar a un ser humano para evitar que dos o más sufran daño. Aquí los robots decidían en función de un criterio exclusivamente cuantitativo, quedando luego inutilizados, al verse forzados a violar la primera ley. Es en esta época en donde una psicóloga de Robots, muy prestigiada y algo amargada, llamada Susan Calvin, influye sin saberlo (o quizá si), en el desarrollo de la robótica y su consolidación de la integración de estos entes tecnológicos en la sociedad.

Con el paso de los años la robotica se consolida y se logran avances importantes, de tal forma que se construyen robots con una capacidad de auto-reflexión casi humana, al grado de manejar un concepto multivalente de daño, que enriquecía las tres leyes de la robótica introducidas en su sistema, y así sus procesos (razonamientos) se hicieron mucho más complejos.

 Es así que un robot puede llegar a dañar a un ser humano, o dejar que sea dañado, para proteger a otro que considere más importante, por ejemplo su amo, o un científico capaz de encontrar la cura del cáncer, por encima de un político de mediano nivel. También podría darse el caso de que un robot dañara físicamente a un ser humano para evitar que otro sea dañado psicológicamente, pues en su ponderación de las circunstancias, la conclusión puede considerar los daños psicológicos más graves que los físicos. Estas situaciones nunca se hubieran dado en robots más antiguos, desarrollados en la época de Susan Calvin. Fue tal el grado de desarrollo alcanzado por los robots, que en la era posterior a Hari Sheldon, ya no se podía distinguir a un robot de un ser humano común y corriente. Llegaría un momento en que las Tres Leyes no serían suficientes y los mismos robots descubrirían una nueva ley, que había pasado de desapercibida para los humanos, la Ley Cero de la Robótica.

Las apasionantes e inteligentes historias desarrolladas por Isaac Asimov, en este contexto, plantean de forma muy interesante la enorme influencia de la tecnología, en el desarrollo de la sociedad humana. Los invito a conocer la extensa obra de Isaac Asimov, y descubrir el mundo robótico imaginado por este escritor, de origen ruso, que nos llevó a traves de sus historias a otros mundo, pero que en el mundo  real, no viajaba en avión por una aerofobia irracional que lo acompaño toda su vida.

 
Y no olviden, que aunque las Tres Leyes de la Robótica definidas por Isaac Asimov, en sus historias, y enunciadas en este texto, son la forma convencional en la que los humanos de las historias las mencionan; su forma real sería la de una serie de instrucciones rutinarias   en forma de complejos comandos,  en el cerebro positrónico de un robot, al final no son más que… una Cadena de bits…


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1 comentario:

  1. Isaac Asimov es uno de mis escritores y científicos favoritos, gracias Edgar y Felicitaciones por este Blog. Nos leemos en la próxima... Cadena de bits.

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